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¿Qué es la internacionalización de la empresa?

De vez en cuando cabe recordar un término tan habitual en nuestro sector como es la internacionalización. Esta palabra está muy presente en el ámbito empresarial y es clave en la actividad que desarrolla Oftex. Sin embargo, en muchas ocasiones no se tiene clara una idea de qué significa este concepto y lo que supone aplicarlo a la estrategia empresarial. Vamos a recordarlo:

Se ha definido a la internacionalización como el elemento clave que se encarga de salvar a las empresas de sus problemas dentro de la organización. Sin embargo, la realidad es bien distinta: no es una salvación, sino un proceso complejo que requiere de una inversión que será mayor o menor, en función del modelo de negocio que lleve a cabo.

Internacionalizarse no es una cuestión de rentabilidad, sino de estrategia

Introducirse en otros países sin tener en cuenta si nuestro producto o servicio va a funcionar en ese mercado concreto, no sirve de nada. Antes, se debe tener en cuenta un planteamiento estratégico que estudie los riesgos y oportunidades que se pueden dar durante el desarrollo de la internacionalización. Conocer la economía del mercado mundial y por supuesto del país en el que queremos internacionalizar nuestra empresa es clave para que nuestra gesta tenga éxito.

Ventajas de la internacionalización

Al internacionalizar un producto o servicio, se produce una diversificación, lo que se considera como una estrategia defensiva efectiva en caso de que se produzcan futuros problemas en los mercados donde la organización tiene su actividad. Por otro lado, este proceso tiene otra ventaja: podemos exponer a la empresa a formas distintas de operar y de comunicarse con otros clientes. Y ello produce más oportunidades de innovación, en cuanto al modelo de negocio.

Es decir, Internacionalizarse supone ver otras cosas, que nos ayudan a mejorar. Introducirse en otro país o países y aprender de su economía y de su forma de actuar y trabajar. Enriquecer a la empresa, no sólo monetariamente. Prestar nuestros servicios en lugares muy diferentes a nuestro país de origen nos obliga a estudiar con detalle las distintas economías mundiales y a adoptar una política que nunca hubiéramos pensado aplicar y que pueden beneficiarnos tanto en nuestra relación comercial como interiormente a nuestra empresa.

Motivaciones para internacionalizar

Dentro de la internacionalización, encontramos varias motivaciones que podemos considerar:

Si nos sumergimos en esta tarea, nos enfrentamos a nuevos mercados que proceden del exterior. Ello provoca que podamos encontrarnos con mercados que sean menos competitivos, puesto que algunos están formados por productos/servicios que se encuentran en una etapa diferente del ciclo de vida.

Nos ayuda a hacernos un hueco en mercados atractivos, por lo que podemos tener una diversificación territorial, lo que da lugar a la posibilidad de conocer a clientes potenciales nuevos, e incluso acceder a nuevos colaboradores, avances tecnológicos y materias primas.

Cómo realizar la internacionalización

En primer lugar se debe estudiar cómo se va a llevar a cabo la internacionalización y en qué momento. Si la organización, se encuentra en una fase de su actividad en la que la rentabilidad de la actividad es adecuada, es posible llevar a cabo el procedimiento. Pero si por el contrario, se encuentra en una situación de crisis grave, no es adecuado, ya que es preferible conseguir esa rentabilidad que mencionamos.

Una vez definida la situación inicial de la empresa, se hacen una serie de análisis para determinar cómo realizar el proceso de la manera más efectiva. Desde Oftex se tiene en cuenta una serie de factores para realizar la internacionalización:

  • Mercados: se establecerán cuántos y qué mercados se van a abordar, su tamaño, los competidores que existen en ellos, los diferentes perfiles de clientes potenciales que hay, hábitos de consumo, barreras, aspectos fiscales y tendencias. Cuanta más información respecto a ellos se tenga más fácil será la implementación internacional de la empresa.
  • Estrategia: se determinará el tipo de abordaje que se quiere llevar a cabo, a través de qué modelos de negocio, qué tipo de operaciones…
  • Organización: ésta debe orientarse a una nueva forma de trabajar, que esté más distribuidas y que tenga condicionantes diferentes, con personas que estén en distintos países.

Una vez que se han consultado estos factores, se deberán estudiar las diferentes opciones de internacionalización que existen, clasificándolas de menos a mayor riesgo:

  • Exportación: Se hallarán economías de escala para encontrar tamaño mínimo eficiente.
  • Franquiciamiento, creación de joint ventures con empresas locales: alta burocracia, importancia crítica del componente relacional
  • Uso de redes de ventas ajenas: alquiladas, compartidas, de riesgo compartido…
  • Producción deslocalizada: parcial o totalmente.
  • Internacionalización “full-equipe”: con presencia comercial propia y posiblemente producción, lo que implica una gran inversión.

Y por último, deberemos abordar el cambio poco a poco, con visiones ligeras, donde se opten por enfoques iterativos e incrementales, en los que se utilicen pocos recursos en la fase exploratoria y que permitan recibir una respuesta temprana al proceso de internacionalización en el que nos hemos sumergidos.

Oftex ayuda a tu empresa a establecerse en nuevos mercados llegando a contactar con hasta 50 nuevos importadores al mes allá donde quieras llegar. Tu expansión internacional puede ser mucho más fácil de realizar con nuestra ayuda. ¡Exportamos con cabeza y de corazón!

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