Estados Unidos
Impacto de la nueva política arancelaria de EE.UU. en cadenas globales y pymes españolas
política arancelaria de EE.UU.

En abril de 2025, la administración del presidente Donald Trump implementó una nueva ola de aranceles, y esta nueva política arancelaria ha sacudido los cimientos del comercio global. Las medidas, abruptas y de gran alcance, afectan tanto a productos intermedios como a bienes finales, alterando cadenas de suministro, elevando costes logísticos e impulsando respuestas en cascada de actores globales como China, la Unión Europea y múltiples economías emergentes.

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Las empresas exportadoras españolas, especialmente las pymes con facturación entre 0,5 y 5 millones de euros, enfrentan ahora un entorno comercial más incierto, pero también lleno de oportunidades emergentes.

La ofensiva arancelaria de EE.UU.

La nueva política se caracteriza por un enfoque proteccionista radical. A través de órdenes ejecutivas, EE.UU. ha impuesto aranceles del 25% a todas las importaciones desde México y Canadá, excluyendo parcialmente los productos energéticos. A China, el arancel asciende hasta el 145% para ciertos productos, reviviendo la guerra comercial de 2018 en una escala aún mayor.

Además, se eliminó el umbral de minimis, lo que implica que incluso paquetes pequeños desde estos países están sujetos a aranceles y trámites aduaneros. A esto se suma un arancel “universal” del 10% a todas las importaciones, acompañado de aranceles recíprocos dirigidos a países con superávit comercial frente a EE.UU., como Vietnam (46%).

Estas medidas se aplicaron casi sin aviso previo, rompiendo con la tradición de consultas prolongadas. La imprevisibilidad ha sido uno de los elementos más críticos, desafiando la capacidad de reacción de las empresas afectadas.

Tensión en las cadenas globales de suministro

El impacto inmediato se ha visto en las cadenas de suministro, especialmente en sectores que dependen de redes internacionales de producción. El sector automotriz norteamericano, por ejemplo, está entre los más golpeados, dado que las piezas cruzan las fronteras múltiples veces durante su fabricación. Con cada cruce, el coste se eleva en un 25%, presionando los márgenes de los fabricantes.

Los productos intermedios, como el acero, aluminio, componentes electrónicos y químicos básicos, también se han encarecido. Esto ha generado efectos inflacionarios en diversas industrias y está forzando a las empresas a buscar proveedores alternativos, aumentar inventarios o trasladar costes al consumidor. La logística aérea entre Asia y EE.UU. ya muestra signos de ralentización por la pérdida de competitividad de los envíos exprés.

En contraste, los precios del flete marítimo desde China hacia Europa han comenzado a bajar, lo que presenta una oportunidad para los exportadores europeos que se abastecen de insumos asiáticos. Sin embargo, el “índice de estrés” de las cadenas de suministro ha comenzado a repuntar tras haber descendido a niveles prepandemia.

Sectores especialmente afectados

Agroalimentación

Históricamente, los productos agrícolas han sido blanco preferido de represalias comerciales. En esta ocasión, Canadá ha respondido con aranceles del 25% a alimentos estadounidenses; México evalúa hacer lo mismo. China también podría enfocar sus represalias en el agro estadounidense, como ya hizo en 2018-2019. Esto abre oportunidades para terceros países: España, Brasil o Argentina podrían ocupar el lugar de EE.UU. en mercados como el chino o canadiense.

Por ejemplo, España ya incrementó sus exportaciones de cerdo a China un 70% en 2020 durante la anterior guerra comercial. Si se repite ese patrón, productos como vino, aceite de oliva, queso o frutas españolas pueden ganar protagonismo. No obstante, si EE.UU. decide aplicar aranceles a productos agroalimentarios europeos, el daño podría ser considerable, especialmente para exportadores españoles al mercado estadounidense.

Higiene personal y cosmética

Aunque menos visible, el sector de higiene personal también sufre. Los productos dependen de ingredientes químicos importados, plásticos, vidrio y válvulas que provienen principalmente de Asia y EE.UU. Con los nuevos aranceles, los costes de producción aumentan.

Canadá ha incluido productos cosméticos en su lista de represalias, aplicando un arancel del 25% a importaciones estadounidenses. Esto abre una ventana para marcas europeas, que pueden ocupar espacio en los estantes de supermercados y farmacias canadienses y mexicanos. Las cadenas de retail están reajustando su oferta, buscando nuevos proveedores. Marcas españolas de cosmética, jabones artesanales y perfumería podrían ganar visibilidad en Norteamérica.

Reacciones internacionales

China

China ha optado por una respuesta estratégica: ha presentado quejas ante la OMC, mientras evalúa medidas de represalia. Una de sus armas más poderosas es el control sobre minerales críticos como las tierras raras, fundamentales para industrias tecnológicas y de defensa. También ha intensificado la búsqueda de alianzas comerciales alternativas, como con Brasil y países del Sudeste Asiático.

Unión Europea

La UE ha advertido que responderá “de forma contundente” si EE.UU. impone aranceles sobre productos europeos. Bruselas ya evalúa una lista de bienes emblemáticos estadounidenses que podrían ser gravados. Mientras tanto, intenta mantener abiertos los canales diplomáticos, proponiendo diálogo en el Consejo de Comercio y Tecnología UE-EE.UU.

También se prepara internamente con medidas de apoyo a sectores expuestos, incluyendo flexibilización normativa y ayudas financieras si fuera necesario. La diferencia de trato que Trump sugiere entre la UE y Reino Unido también preocupa, ya que puede ser utilizada para dividir a los europeos.

Otras reacciones

México y Canadá han impuesto aranceles espejo del 25% y buscan reducir su dependencia de EE.UU. Países asiáticos como Vietnam, Indonesia o Malasia, que se beneficiaron en la guerra comercial anterior, ahora temen ser los próximos objetivos. Vietnam, en particular, enfrenta un arancel del 46% y ha pedido negociar una exención.

India se posiciona como posible proveedor alternativo tanto para EE.UU. como para China. Brasil, por su parte, ha reforzado su rol como proveedor clave de soja y carne a China. El bloque emergente busca además fortalecer la cooperación Sur-Sur a través de tratados como el RCEP (Asoc. Económica Integral Regional, Asean, China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda), que excluye a EE.UU.

Pymes españolas: amenazas y oportunidades

Desafíos clave

Pérdida de competitividad: Si EE.UU. impone aranceles a productos europeos, las pymes españolas sufrirán especialmente. Exportar vino, maquinaria, cosmética o alimentos puede volverse insostenible por el sobrecoste.

Disrupción de suministros: Muchas pymes no solo exportan, también importan insumos. Si los componentes tecnológicos, químicos o metálicos se encarecen, esto puede frenar la producción y comprometer entregas.

Volatilidad financiera: Las tensiones comerciales generan inestabilidad cambiaria y bursátil, afectando previsiones de costes y márgenes. La incertidumbre limita las inversiones y decisiones estratégicas.

Efecto contagio global: El proteccionismo puede extenderse a otros países y derivar en medidas defensivas que afecten también a exportadores europeos en mercados terceros.

Oportunidades latentes

Sustitución de competidores: Si EE.UU. pierde cuota en ciertos mercados por los aranceles, las pymes españolas podrían llenar ese vacío. En Canadá o México, marcas europeas pueden reemplazar a las estadounidenses en segmentos como cosmética, alimentación o vino.

Nearshoring europeo: La tendencia a relocalizar producción favorece a proveedores regionales. Pymes españolas industriales o tecnológicas pueden convertirse en socios estratégicos de empresas europeas que abandonan China por razones geopolíticas.

Diversificación geográfica: La crisis actual es un recordatorio de los peligros de depender de unos pocos mercados. Las pymes más resilientes son aquellas con presencia en Asia, América Latina, Oriente Medio y África. Los acuerdos comerciales de la UE con países como Japón, Vietnam y Canadá deben ser aprovechados.

Apoyo institucional: España y la UE ofrecen líneas de crédito, seguros, asesoramiento y apoyo para internacionalización. Entidades como ICEX, CESCE o Cofides pueden ser aliados clave. BBVA y otros bancos también están activos en apoyo financiero y estratégico a exportadores.

Lecciones históricas: ¿Qué nos dice el pasado?

Los episodios anteriores de proteccionismo ofrecen enseñanzas valiosas:

Ley Hawley-Smoot (1930): Elevó aranceles hasta el 60% y fue un catalizador de la Gran Depresión. El comercio global cayó hasta un 50%, con efectos devastadores.

Caso Harley-Davidson (1983): Un arancel temporal y bien dirigido ayudó a salvar una industria al borde de la quiebra. Sin embargo, este tipo de éxitos son excepcionales.

Bush y el acero (2002): Los aranceles al acero beneficiaron a un sector pero perjudicaron a muchos otros. La medida se revirtió por su impacto negativo generalizado.

Guerra comercial EE.UU.–China (2018-2020): Ambos países perdieron en términos económicos, aunque hubo ganadores colaterales (Vietnam, México, la UE). La mayoría de los aranceles siguen vigentes hoy.

Disputa Airbus-Boeing (2004–2021): Tras años de represalias mutuas, la UE y EE.UU. llegaron finalmente a un acuerdo. Este episodio mostró que incluso aliados pueden tener conflictos serios, pero también que las guerras comerciales acaban en negociación.

Conclusión

La nueva política arancelaria de EE.UU. en 2025 reconfigura profundamente el panorama del comercio internacional. Si bien plantea retos inmediatos para las pymes españolas, también abre oportunidades para aquellas con capacidad de adaptación, visión estratégica y respaldo institucional. La historia enseña que el proteccionismo prolongado perjudica a todos, pero también que las tensiones pueden servir de palanca para renegociaciones que redefinan el orden comercial.

Las empresas que sepan diversificar mercados, innovar en producto, ser ágiles en logística y colaborar estrechamente con instituciones públicas y financieras estarán mejor posicionadas para sortear este ciclo de incertidumbre. En definitiva, no se trata solo de resistir la tormenta, sino de aprender a navegar en ella con inteligencia y anticipación.

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